Luciano Ahumada - BíoBío
“El problema común es evidente: la alfabetización digital está desperdigada en múltiples ministerios, sin un mando único ni objetivos claros. Educación impulsa programas escolares, SENCE ofrece cursos para adultos, Subtel empuja proyectos de conectividad, MinCiencia coordina políticas de IA. Sin embargo, no hay una hoja de ruta cohesionada que conecte alfabetización, telecomunicaciones y productividad. El resultado es fragmentación: cursos que no dialogan, infraestructuras que no se vinculan con programas de formación y presupuestos dispersos. Mientras tanto, millones de adultos carecen de competencias digitales básicas, lo que amenaza con convertir la IA en un factor de desigualdad más que en una palanca de productividad”.
“La salida no pasa por más diagnósticos, sino por gobernanza real. Chile necesita planificación, cohesión y coordinación interministerial para una transformación digital efectiva, con metas exigentes: recapacitar a cientos de miles de trabajadores, asegurar que al menos la mitad de las pymes adopten tecnologías digitales basadas en conectividad de calidad, y digitalizar los servicios públicos con estándares de tiempo, interoperabilidad y satisfacción ciudadana. La alfabetización digital debe dejar de ser un programa accesorio y convertirse en política de Estado, articulada con el despliegue de telecomunicaciones y respaldada por certificaciones reconocidas y financiamiento ligado a resultados”.